A pesar de que nuestro país está bañado por agua, desde los páramos, los ríos, las ciénagas, los acuíferos hasta la inmensidad del Pacífico y el Atlántico, muchas de las comunidades del país enfrentan desafíos diarios para tener acceso seguro al agua. Los objetivos de desarrollo sostenible apuntan a garantizar que las personas tengan no solo disponibilidad de agua limpia y potable, sino también que la disposición de las aguas residuales se realice de la manera adecuada para garantizar la subsistencia del recurso.

Estos hitos nos motivan a realizar ingeniería social, desarrollando soluciones sostenibles, asequibles y fáciles de usar que permitan el cierre de las brechas de las personas y el agua. Nos involucramos en el sentir de las comunidades para reconocer sus saberes, prácticas y tradiciones co-creando estrategias y procesos de tejido social donde el corazón es el agua.